Tres días faltan nada más para el evento de la WWE en Madrid, que será el próximo domingo a las 17:30. Y empiezo a ponerme nerviosa.
Siempre me pasa. Y eso que al principio -llevo ya varios años- me siento disconforme con que sean los chicos de Smackdown los que visitan España, no sé por qué. Bueno, sospecho que porque somos un mercado minoritario al final, pero mantengo la fe en que algún año nos toque el roster de RAW.
En cualquier caso, casi siempre, no, en realidad siempre, termino pasándolo en grande y cada vez más convencida de que la WWE no es que sea una gran empresa del entretenimiento, sino LA EMPRESA del entretenimiento deportivo.

Este año espero que podamos ver algo más que el año pasado a Daniel Bryan. Sería una sorpresa, pero de las buenas. Parece ser que su regreso al ring podría estar más cerca de lo que pensamos y ahí tengo sentimientos encontrados: me apetece mucho que regrese pero ¿Es aconsejable? Cuando en la WWE lo meten en una trama con su ex compañero en el equipo Hell No, Kane, de por medio es que lo mismo está a punto de pasar. Y hasta su mujer, Brie Bella, dice que le apoyará si finalmente los médicos no ponen pegas a que regrese al cuadrilátero o, como dice el maestro Héctor del Mar, a Villa Escándalo.
¿Queremos volver a ver a Daniel Bryan en Villa Escándalo, en el ring? Claro que queremos. No me avergüenza reconocer que fui una de las miles de personas que lloraron el día que anunció su retirada. Pero, que vuelva solo si su salud no va a estar en riesgo. Solo si no hay peligro. Porque más triste que una retirada sería un retorno que le pasase una grave factura.